Hay alguien a quién no le guste la leche condensada en mayor o menos medida? Yo aún no conozco a nadie, pero seguro que si… sobre todo aquel que no sea muy goloso, como dicen en Inglaterra, que  no tengan un «sweet tooth». Pero incluso éstos, suelen disfrutar de un buen café bombón, un café negro de buena calidad con una gota de leche condensada… sobre todo en las tarde de invierno… que recuerdos de mi Galicia natal!!!

Hoy por hoy, se mira mucho el tema del azúcar y la lactosa, y me uno al grupo. El azúcar refinado no es bueno para nadie, pero a muchos, la lactosa, cada vez nos hace más daño. Por eso, se desarrollan cada vez productos sustitutos de su pariente lácteo pero con un sabor, características o usos similares.

Aquí os traigo una leche condensada echa con leche de coco (a estas alturas ya habreis notado que soy loca de la leche de coco a pesar del aporte calórico de la misma… pero es que nadie es perfecto…)

Lo bueno de la leche de condensada de coco hecha en casa, es que, además de ser muy sencilla (eso si, lleva su tiempo), podeis controlar el tipo de edulcorante y la cantidad que quereis echar.

Es bueno escoger una leche con mayor contenido graso, o no rebajada con agua (como hay  muchas en el mercado), ya que llevará menos tiempo de cocción. A fin de cuentas, lo único que vamos a hacer para conseguir esta delicia, es eliminar el agua de la ecuación, evaporarla a través de la cocción.

Se quedará una crema espesa y dulce con saborcillo a coco que no sólo es buena para alegrar un café o un té, sino que lo podeis utilizar como complemento o ingrediente de preparaciones dullces, o para acompañar unas fresas o cualquier otra fruta. Incluso como relleno para un bizcocho y en mayor cantidad, como cobertura!!!

Se me hace la boca agua…

Y sin más, os dejo con la receta