A ver… ya se que el título es largo y que casi no cabe en la página, y que tienes que tomar aire dos veces para poder decirlo, pero es que lo que es bueno es bueno y hay que escribirlo con todas las letras.. aquí no valen medias tintas.. porque si yo me paso no se cuantas horas preparando éstos ravioloni deliciosos, no es plan después de acortar en el nombre, no os parece?
Además, en qué se puede acortar? No se puede dejar de decir que son caseros, porque no hay nada como la pasta fresca hecha en casa. El relleno de un ravioli, un tortellini, un ravioloni o cualquier pasta rellena es tan importante como la pasta en el que está encerrado, y si los tomates cherry los sequé yo misma (trabajo de chinos) pues tampoco vamos a escatimar en eso, no?
Y por último, la salsa. El vestido que se ponen estos ravioloni para ser aún mas bellos… Y aunque la salsa funghi porccini sea tan sencilla, no deja de ser una de la más deliciosas (para mi gusto) y que acompaña bien a casi cualquier plato de pasta. Si estos ravioloni, en vez de verduras estuviesen rellenos de salmón, o de ragú por ejemplo, la salsa funghi le quedaría igual de bien. Si fuesen unos simples tagliatelle o spaghetti, lo mismo…
Además, es temporada de hongos, no? Qué mejor que utilizar productos de temporada para economizar al tiempo que preparamos un plato de escándalo.
Eso si, armaos de tiempo y paciencia, porque los tomates lleva tiempo secarlos (mejor hacerlo el día anterior). De hecho mejor hacer todo el relleno el día anterior para que esté frío cuando armemos la pasta y aguante mejor.
La pasta, cuando la estamos estirando, tampoco le podemos meter prisa… y hay que hacerlo como hay que hacerlo, para que no se encoja y se abran los ravioloni. Aqui os dejo el enlace donde Gennaro Contaldo la hace (es la receta que yo sigo), y aunque esté en inglés, será bueno que veáis cómo amasa él.
Y la salsa hay que hacerla en el último momento, porque es con base de nata (crema) y cuando se enfría, espesa.
Pero mejor os lo explico en la tarjeta de receta, que ya sabéis que podéis imprimir y guardar en vuestro libro o libreta de recetas!
Si os gusta, decídmelo! Me encantan los comentarios, pero curiosamente nadie comenta!
Un besazo a todos! 😘
*Con este post participo en el reto de facilisimo recetas con setas
Ravioloni caseros rellenos de berenjena, mozzarella y cherry secos con salsa de funghi porcini
Ingredientes
Para la pasta, yo uso la receta de Gennaro Contaldo, famoso por trabajar con Jamie Oliver. La verdad que me funciona de maravilla y lleva lo siguiente
- 150 gr de harina de trigo 00
- 50 gr de semolina de trigo duro
- 2 huevos
- sal
Para el relleno
- 3 cucharadas de aceite de oliva
- 1 berenjena pequeña
- 1 bola de mozzarella fresca
- 50 gr de tomates secos yo utilicé cherry que sequé yo misma, pero los que se compran ya secos (en aceite de oliva os valdrán perfectamente.
- sal pimienta y albahaca (si es fresca, mejor).
- 1 pizca de azucar morena o miel
Para la salsa funghi porcini
- aceite de oliva
- Boletus cantidad al gusto o champiñones (la salsa porcini es con boletus pero cuando no tengo uso champiñones y queda deliciosa, tal como es el caso de ésta vez)
- cebolleta y un diente de ajo
- vino blanco
- 200 ml 1 brick de nata para cocinar
- *queso parmesano rallado opcional
Elaboración paso a paso
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Primero, vamos a realizar el relleno ya que es conveniente que esté frío a la hora de rellenar la pasta. Para ello, en una sarten antiadherente, calentamos el aceite a fuego medio y añadimos la berenjena pelada y cortada en una brunoise muy pequeña. Si la berenjena tiene muchas semillas, descartaremos la parte con mas semillas. La berenjena primero chupará todo el aceite como una esponja, pero no caigáis en la tentación de echar más aceite, porque cuando esté cocinada, la volverá a expulsar y os quedará demasiado aceitoso, es necesario cocinarla a fuego bajo y removiendo para que se dore por todos lados, sin necesidad de echar mas aceite.
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Cuándo esté cocinada, echaremos los tomates secos también cortados muy pequeños, y dejaremos que se pongan melosos. Salpimentamos y añadimos el azúcar moreno o la miel (por el amargor de los tomates. Echamos la mozzarela cortada también muy pequeña y la albahaca, mezclamos bien y reservamos.
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Vamos con la pasta ( es muy sencilla de hacer, pero requiere su técnica de amasado, por lo que os dejo el vídeo dónde Gennaro la hace. Está en inglés pero sólo necesitáis ver cómo amasa, lo que dice no tiene importancia)
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Básicamente ponemos en un bol o plato hondo las harinas con los dos huevos (yo añado sal) y mezclamos primero con una cuchara y luego con las manos. Pasamos al mesón y seguimos trabajando con las manos, estirando la masa con la palma de la mano a la vez que mezclamos para activar el gluten y que se ponga elástica.
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Cuándo esté bien incorporada, envolvemos en papel film y dejamos reposar media hora antes de estirar.
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Ésta masa, bien tapada en film y dentro de una bolsa de papel (para que no le de la luz y se oxide) y a su vez en un tupper, se conserva hasta una semana en la nevera.
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Pasado el tiempo de reposo estiramos con la máquina para pasta hasta su grosor más fino.
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Necesitamos rectángulos de masa largos y que sean más o menos del mismo tamaño (para ello cortaremos con el cuchillo afilado el tamaño deseado).
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Ponemos montoncitos de masa equivalentes a una cucharadita y dejamos un espacio de al menos un centímetro entre ellos.
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Con un pincel de cocina, pintamos con agua alrededor de los montones, para que al poner encima el otro rectángulo de masa, éste se pegue, cerrando los ravioloni.
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Con un cuchillo afilado, cortamos entre los montones, separando los ravioloni.
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Repetimos la operación hasta terminar la masa y el relleno.
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Los que tenemos hechos, los cubrimos con un paño de cocina un poco humedecido, para evitar que se sequen y se rompan.
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Cuándo tengamos toda la pasta hecha, ponemos en una olla grande, agua a hervir.
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Cómo una vez que hierva el agua, la pasta tardará solo 3 minutos en cocerse, mientras el agua se va calentando, tenemos que hacer la salsa.
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Ponemos un par de cucharadas de aceite de oliva a calentar y pochamos la cebolla o cebolleta ( o chalota también nos sirve). Cuándo esté transparente, añadimos el diente de ajo muy picado, y doramos ligeramente. Añadimos las setas laminadas, salpimentamos y salteamos.
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Echamos un chorro de vino blanco y reducimos a fuego fuerte.
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En éste punto deberíamos estar echando la pasta a cocer durante tres minutos.
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Mientras, y una vez reducido el vino, añadimos la nata, removemos bien y calentamos sin llegar a llevar a ebullición. Comprobamos punto de sal y corregimos si es necesario.
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Escurrimos la pasta, la repartimos en los platos, y por encima, bañamos con la salsa.
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Rallamos parmesano por encima y a disfrutar!
Comments
Marcela
25 julio, 2018Acabo de descubrir esta receta. Por favor!!! Una delicia total!!! Gracias por compartir. Y si, yo hago la masa con semolín (en Argentina llamamos de ese modo a la semolina), así queda más al dente.